La Maleta Prodigiosa

  Discúlpeme el atrevimiento incluso la molestia pero señora  ¿a qué está esperando? ¿a qué espera? no ve que el tiempo corre corre tanto que incluso vuela ayer fue demasiado tarde hoy no cuenta y mañana será una quimera ya se que le pusieron en los ojos una venda le calibraron mal el peso y la balanza se inclina siempre del lado que menos quisiera pero haga algo no se quede tan pancha dictando erróneas sentencias o al final señora Justicia seremos los tristes condenados quienes cerremos los ojos y escribamos con sangre leyes que nos amparen en esta silenciosa contienda.                                                                                                                                                                 Ana Tomás García

     Riguroso el modus operandi, no es cuestión de entretenimiento; parece fácil pero tiene un lento y profundo proceso, en el cual el cuerpo queda relegado a un mero contenedor físico y el alma se convierte en el continente en éxtasis que dicta cada palabra, cada ritmo, cada pausa, cada silencio, organizándolo en un todo que en su conjunto permite ser leído. Puede resultar un diagrama confuso, puede ser un paseo en barca para algunos; no hay individuo concreto al que vaya dirigido, por más que se le nombre, cualquiera puede verse reflejado en los espejos; es un desván enorme lleno de vericuetos, luces y sombras, cielos e infiernos, vorágines perversas, insuperables remansos; un pozo profundo, la inmensidad de los océanos. Un lugar perfecto, en el que quedar sumergido sólo es el comienzo.                                                                                                Ana Tomás García

     Que no. Que no era mi intención convertirme a mis años en exploradora; que no tenía pensado descubrir tierras lejanas, lugares recónditos donde habitan ensueños volátiles como las mariposas. Que eso estaba reservado para gentes valientes que no temen que sus noches las devoren las auroras.      Y heme aquí adentrándome en una jungla desconocida y populosa, siguiendo asustadiza el rastro de las fieras que la habitan y saben más que yo de estas cosas ¿y sabes qué te digo? Que quiero ser fiera y perderme en esta nebulosa, si total he caído en esta trampa, gozar del viaje será una experiencia maravillosa.                                                                                                Ana Tomás García