Haciendo un gran esfuerzo... Recitado con mi viva voz: Los ojos, mis ojos, tus ojos, enfrentados en una mirada profunda, como ciega, buscando el pozo sin fondo del amor inclemente, se cierran a la deriva bajo la tortura bendita del abandono de la carne. Y no ven nada más allá de un océano inabarcable donde la playa no es más que de nuestros cuerpos sus despojos, naufragio perfecto al que sucumben tus ojos, mis ojos, los ojos. Ana Tomás García ...