Mi artículo para el diario digital Almería 360 EL HELADO DE FRESA Y EL CHARCO DE BARRO El contraste a veces es tan brutal que no puedo sentir indiferencia. Es como ver un helado de fresa y un charco de barro; para unos el mundo, independientemente de todo lo que le rodea, es una fiesta, y para otros, a su pesar, es un puñetero infierno. Y resulta que todos estamos en el mismo. Es como un teatro, cada persona tiene su escenario y vive su realidad paralela a todo lo demás. Hace unos días leí el llamamiento de una madre, en un grupo local, a todo aquel policía, o agente municipal, que leyese sus líneas, o personas que conocieran a alguno, que quisiera prestarse a felicitar a su hijo de tres años por su cumpleaños porque le hacía mucha ilusión. La chica lo pedía amablemente, con la candidez de una juventud ajena a la realidad de la vida, con la ternura con la que una madre quiere sa...