Mi artículo La suerte de una cajera en el periódico digital Almería 360 LA SUERTE DE UNA CAJERA LA SUERTE DE UNA CAJERA Patatas, leche, yogur, croquetas, macarrones… Los productos viajan por la cinta y la cajera los va pasando por el lector. A menudo teclea por dos, o por seis, depende de las cantidades, y eso la saca de la maniobra rutinaria, supongo. Algunos clientes también la saludan y le dan conversación. Personas conocidas, vecinas de toda la vida, viejos amigos, gente simpática, o al menos, amable. Por lo general le comentan lo agustito que está, la suerte que tiene, tan fresquita, o calentita, con la que está cayendo afuera, esos treinta y cinco grados a la sombra, o ese viento helado que corta. Y ella sonríe y asiente, y les dice: “Es verdad, qué suerte tengo…” porque la suerte, así dicha, no es buena ni mala, es ambigua, vale para ambas opciones, y mientras los demás creen que es la buena, la cojonuda, y la felicitan por ello co...