Un
rumor de olas me sosiega
No es más que la evasión de mi mente,
al creer que el mar ciertamente existe
en el interior de una infinita caracola.
Y asida cual teléfono imaginario,
hago llamadas a un número inexistente,
aguardando a que me conteste
el salitre, la brisa, la espuma, el
rompeolas...
Ana Tomás García
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