Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2020

NOTAS DE AMOR SANO

       Mi artículo para el periódico digital Almería 360  NOTAS DE AMOR SANO      "El Departamento de Lengua organiza un concurso de notas de "amor sano" para nuestr@s alumn@s de 1º ESO."   He leído esto y me he quedado pensando: ¿Cómo se escribe una nota de "amor sano"? ¿Quién decide qué grado de "salubridad" tiene esa nota de amor? ¿Qué es el "amor sano"? ¿Te quiero mucho, como la trucha al trucho? ¿Por qué hay que escribir una nota de amor coaccionados, sin libertad para expresar, precisamente, un sentimiento tan plural que se representa en una gran variedad de adjetivos?      El amor puede ser libre, esclavo, obsesivo, doloroso, platónico, imposible, fácil, difícil, tóxico, eterno, etc. etc. Unos adjetivos son positivos y otros son negativos, por eso el amor a veces nos causa felicidad y otras veces, sufrimiento. Y todo eso hay que aprenderlo. Lo que no me parece de recibo es que en un inocente concurso de notas de amor par

EL BLUES DE LA COOPERATIVA

             Mi artículo en la revista digital Almería 360  EL BLUES DE LA COOPERATIVA         El despertador suena a las cinco y media de la mañana. Un triste desayuno para enfrentar la jornada; sobre todo café, mucho café, bien cargado, negro; negro como la noche, como el presente, como el fondo de un pozo. Trayecto somnoliento por una carretera que empieza a despertar también con otros vehículos que van y vienen. Por el camino, conversación con compañeras de trabajo: “Anoche no he pegado ojo, me duelen hasta las pestañas…” “Pues yo no sé cómo acabaré hoy, no puedo levantar más de esto (levanta el brazo hasta el tope que le permite el umbral del dolor), ya me he tomado dos pastillas…”. Se hace el silencio, la radio se encarga de distraer la atención. Música para levantar el ánimo. Lástima, ninguna ha nacido en Tennessee, pero podrían cantar blues . Cuando llegan, sus ojeras ya han llegado; son tan grandes que siempre llegan al trabajo unos minutos antes.      La cooperat

LA RATA

La rata estaba bajo unas tablas, en el jardín. Yo no lo sabía, por eso esparcí los mendrugos para las tórtolas y los mirlos, como había hecho otras veces, sobre la hierba. La descubrí porque al echar una ojeada la mitad del pan había desaparecido, y los pájaros se toman su tiempo, no son tan rápidos. Me aposté tras la ventana para observar, y la ví, rauda y segura, grande y ágil, salir de su escondite para coger un trozo y llevárselo. Aproveché entonces su ausencia para recoger lo que quedaba aún, y volví a observar tras la ventana. La rata salió de nuevo con la misma rapidez y confianza, incluso diré que con la misma alegría, pero paró en seco al descubrir que no quedaba nada. Paró en seco y se irguió, atenta a cualquier atisbo que le pudiera dar una ligera pista de lo que había pasado. Parecía en shock, confusa e inmóvil. Entonces me vió. No se cómo, pero me vió. Y yo me sorprendí, al ver a la rata mirándome durante unos segundos eternos que me produjeron pavor. Volvió