La Maleta Prodigiosa

     Hay una cosa que me exacerba últimamente y es tener conocimiento de que existe un horario infantil en la televisión durante el cual parece una aberración pronunciar una simple palabrota, de esas que afloran con total normalidad a cualquier hora del día por nuestras bocas, y aquí viene lo bueno: En todos los informativos televisivos que tenemos en nuestro digno país, a las tres y cuarto, oiga, se nos ilustra con noticias relacionadas con la prostitución en donde la chica de turno ligera de ropa hace un paseíllo mostrando pechuga, posaderas y muslamen cual anuncio de Pizza Fat, Gruger King o RatDonald indicando incluso los lugares exactos de ubicación (ya sabe, a la vuelta de cada esquina), precios y multas. Y yo me pregunto: ¿Dónde está esa liga de señoras almidonadas que remueven cielo y tierra para que no se pronuncie caca, pedo, culo, pis, en la programación durante el horario infantil y permite que nos recuerden a diario dónde encontrar tales servicios, la envergadura del ga

     Graniza afuera y sobre la cama desecha, tu cuerpo, mi cuerpo, agonizan bajo los envites del amor y su cadencia.       ¿Qué importa el hielo que golpea contra la cristalera?      ¿Qué importa el resto del mundo que nos rodea?      Entre mis piernas tus piernas, enredadas sucumben a la flojera y lo que no sea amarnos, en este momento, perece bajo la inigualable indiferencia de tan sublime hoguera.    Ana Tomás García      @anniebuonasera                                                                                          

       El mundo desmoronándose; lluvia de lágrimas de descontento sobre las calles expectantes de protestas; barricadas ciudadanas lejanas de conflictos bélicos tanto como cercanas a una guerra que no lo es... Y yo escuchando a todo trapo "Right between the eyes" a través de unos auriculares que me desvían por el momento mágico de la música hacia otra parte, otro lugar, lejos, lejos, lejos... Mientras dure la canción, mientras Wax cante en mis oídos a voz en grito, olvidaré que soy uno más en este terrible mundo, insignificante, insuficiente, carne fácil de cañón.       No pasa nada, en cuanto acabe volveré a la lucha, seguiré siendo el mismo, solo necesitaba un respiro.                                                                                                Ana Tomás García