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Mostrando entradas de 2021

NOCHEVIEJA O LAS BONDADES DEL GARRAFÓN

 Un año termina. Otro empieza. Atracón de gambas, una avellana recubierta de oblea y chocolate, y dolor de cabeza después de brindar siete veces. La costura del vestido se abre, un hilo infinito se descose y es la cola de un cometa; el vestido es noche estrellada y abeto; el hilo, cola de un cometa. La cabeza es un prodigio y cae rendida. Señor, han sido siete brindis inmisericordes, trescientos sesenta y cinco días uno detrás de otro y ya no quedan restos del cordero, qué rápido se olvida; un día nace, te lo comes y ya está; dicen que en eso está la salvación pero quién se salva de un naufragio, de una catástrofe, de un imprevisto... No hay suficiente cordero para todos. Sinatra canta; qué jodida elegancia tiene el tío. Manhattan es elegante y sin embargo no canta como Sinatra... cosas que pasan. En el metro hay un hombre que lo imita de maravilla, dice que él y sus dos amigos son reyes y que tienen camellos; hay mucho bocachancla suelto, y mucho advenedizo también, todo el mundo lo s

Viajes a Marte

Los viajes a Marte empezaron a joderse cuando, por el módico precio de diez centavos, cualquiera podía llegar al planeta rojo a cagarse en sus vastas llanuras, a dejar restos de manzanas caramelizadas y vomiteras de donner kebabs por doquier. Los hombrecillos verdes no aceptaban de buen agrado aquellas hordas, y por eso se armaron de paciencia en pos de unos ingresos extra tan necesarios en aquella época en la que cualquier subvención para modernizar su flota de platillos volantes era de agradecer. Por eso, cuando instalaron el primer Turbo Boost High Fidelity Lightyear en una de sus naves interestelares, pudieron dar el salto a otras galaxias, cerraron la barraca de feria y se acabaron los viajes a Marte para siempre.

AQUÍ NO HA PASADO NADA

 Mi propuesta para Esta Noche Te Cuento, con el tema:  El enfado y la ira AQUÍ NO HA PASADO NADA            Si hay algo que odio es freír huevos sin parar para todos y cada uno de los comensales, colocárselos sobre las patatas fritas y oírlos comer con la mayor de las satisfacciones mientras yo sigo fríe que te fríe, con lo que me gusta a mí hacer lo mismo que todos ellos, sentarme a la mesa y disfrutar de mis pitanzas sin preocupaciones. Pues no. Aquí estoy, agotando la docena y rezando porque quede al menos uno para mí, y mira por donde, el último es mío y lo agarro con delicadeza, no vaya a caerse, y lo casco sobre la sartén de aceite caliente, y aunque mis patatas ya están frías, concentro todas mis esperanzas en el delicioso huevo frito, pero se rompe la yema y se pega el maldito al fondo de la sartén. Y lo destrozo con la espumadera, y lo arrojo con una furia infinita al cubo de la basura, y tiro también las patatas y rompo el plato en el fregadero. Silencio. Todos me miran y cal

EL INOLVIDABLE, EL IRREPETIBLE, EL ÚNICO

       Cuando llegó el orador no serían más de las doce del mediodía de un sábado cualquiera del mes de julio. Se subió a la tarima que había preparada para las fiestas, con su traje de lino blanco y su panamá y tocó insistente un silbato hasta que logró llamar la atención de todos los vecinos, que una vez congregados, cuchicheaban curiosos sin saber a qué venía aquello, y entre ellos, mis amigos y yo, que no éramos más que unos jovenzuelos dispuestos a abuchear al sujeto o a lanzarle algún tomatazo en caso de no resultar convincente en su discurso. Y cuando menos nos lo esperábamos, soltó a voz en grito como un preludio, con mucha solemnidad, elevando la cabeza y un brazo como si clamara al cielo: “¡El veraaano!.. es aquello que se espera durante todo el laaargo y frío invierno… ¡Es la caricia del soool a orillas del mar!.. y no la chicharrera que cae a plomo en mitad de los secarrales… Es la arena de la playa donde las muchachas y los muchachos comparten esterillas para tumbarse a to

Café

Kenne Gregoire Quedaron para un café que no tomarán nunca porque son el sueño de cada uno derramándose sobre una mesa de un lugar que no existe más allá de un deseo pertinaz que viaja en el tiempo y se teje como una telaraña en los rincones más escondidos de la memoria. Ana Tomás García @anniebuonasera  

Conquistadores, pimientos y la pérdida de capacidad

 Mi propuesta para el tema La sorpresa y El asombro, de Esta Noche Te Cuento:  Conquistadores, pimientos y la pérdida de capacidad      Éstas siempre fueron buenas tierras para los conquistadores, que vendíamos al peso por aquella época, cuanto más si brotaban vestidos con armaduras metálicas, así que, cómo no nos íbamos a sorprender los labriegos el día que brotó el primer pimiento, que ni hablaba ni nada y hasta que supimos que se podía cocinar un buen pisto con ellos pasaron muchos años; pero más sorpresa todavía cuando descubrimos que eran pimientos de Padrón, que unos pican y otros no, madre mía, las primeras veces... Luego ya todo volvió a la normalidad, porque a fuerza de repetirse una cosa deja de sorprender, y sacamos provecho de aquellas matas tan hermosas cargadas de frutos. Lo raro sería que volvieran a brotar conquistadores ahora que no está bien visto eso de conquistar y la fábrica de conservas funciona a todo trapo. Y no sé si eso provocaría alguna reacción, porque despu

Dulce y pasajera

Otto Umbehr (Umbo) Viola Morris cuando duerme es una mujer en éxtasis, una mujer abandonada a ese particular placer suyo de desdoblamiento y se convierte en decenas, si no cientos, en un enjambre, de mujeres que la adoran y la aman a ella sola como a una diosa, como a una abeja reina por la que se subyugan y mueren solo por darle gusto, sin infligir ningun mínimo tormento. Por eso al despertar no queda rastro de ellas, ni siquiera un vago recuerdo, acaso una sutil arritmia y la sensación extraña de haber vivido una experiencia dulce y pasajera. Ana Tomás García @anniebuonasera  

ONLINE

       Mi propuesta para el tema La confusión y La vergüenza, de Esta Noche Te Cuento.  ONLINE      Hacer la compra, en principio, no debería ser nada de lo que avergonzarse, pero claro, eso vayan ustedes a decírselo a Pepita Chirivía, que siendo la timidez en persona, y estando locamente enamorada del tendero más apuesto y más fornido del mercado, le preguntó muy resuelta e inocente al no ver la mercancía a la vista, que si tenía huevos: “Ramiro, ¿tienes huevos?” con cara de verdadero interés porque quería hacer una tortilla, a lo que Ramiro contestó con una gran sonrisa: “Claro, tengo huevos morenos, bien gordos… —ahí, la clientela, con los ojos como platos, estalló en risas— ¿cuántos te pongo?” y Pepita, colorada que daba envidia a los tomates, deseando con todas sus fuerzas que se abriera una grieta en el suelo que se la tragara a ella, a Ramiro, a los huevos, a la clientela y a todo el mercado entero si fuera menester, pidió, con todo el calor del infierno ardiendo en su cara y un

Cauce

  Nell Dorr            No había nada como el enérgico discurrir de la cascada, por eso Analía amoldó su cuerpo al escalonado perfil de las rocas, para formar parte de su cauce, y así evitar idas y venidas innecesarias que solo servían para malgastar el tiempo. Ana Tomás García @anniebuonasera

Ella

  Masaaki Sasamoto      Los demonios siempre flotaron etéreos, por eso nadie en la aldea se extrañó al verla entre las mariposas. Eso sí, la dejaron tranquila y le mostraron sus respetos ofreciéndole flores de loto y sake de arroz, con la esperanza de ablandarle el corazón y evitar en lo posible el horror de un desastre. Ana Tomás García @anniebuonasera

Poemas en voz alta

Conservas

     Mi microrrelato para la primera convocatoria del año con el tema: Tristeza o Melancolía, de  ENTC   Conservas      Peregrina reconocía las tristezas de la vida, las del día a día, y las recogía para hacer un caldo reconstituyente, como si fueran trufas de temporada. Todo valía: unos ojos enrojecidos, una apatía perenne, una muñeca despeluchada y rota, el dolor de una barriga hambrienta, unos sabañones, agujeros en la suela de los zapatos, una grieta en el tejado por donde se colaba la lluvia, la nieve y el viento... Cosas sin importancia porque eran cotidianas, pero que hacían un buen caldo. Un caldo que se comía frío, como buena miseria, y no es que le reconstituyera mucho, pero sí era lo único que la alimentaba, y al fin y al cabo de lo que se trataba era de alimentarse, aunque fuera de triste hambre. Ella tenía claro que su vida siempre fue cuestión de temporadas, como las trufas, solo que en esa ocasión las características del entorno iban a facilitar caldo durante un periodo

Imprescindible

  Catrin Welz-Stein Recolectar lágrimas de lluvia no es tarea fácil. Hay que ser muy sensible para saber en qué momento exacto lloró el mundo. Ana Tomás García @anniebuonasera

En modo navideño

       El gnomo tosió y el Cascanueces le hizo burla. Al oír el jaleo, la muñeca de trapo se acercó interesada y corrió a comentarlo entre los soldaditos de plomo y los bebés llorones. Los primeros iniciaron una guerra y los segundos no paraban de llorar. El gnomo se ahogaba mientras tanto tosiendo y el Cascanueces caía fulminado. Entonces, la muñeca de trapo, asustada, salió en busca de Papá Noel, que desde poco después está en la Unidad de Cuidados Intensivos sin saber muy bien cómo, cuándo ni por quién.   Ana Tomás García @anniebuonasera

Carta a los Reyes

    Casi han pasado las Fiestas, pero todavía queda una oportunidad, y la niña sigue soñando con unos patines, el niño con un tren de pasajeros y la madre con dar de comer a todos. Al padre, atascado con su camión en una fila de vehículos a miles de kilómetros de distancia, besos y abrazos, todos los del mundo, le parecen pocos. Así que envuelven y colocan sus deseos tras las incómodas mascarillas, y esperan, con más ilusión si cabe este año, a que los Reyes Magos no pasen de largo. Ana Tomás García                                                                                                                      @anniebuonasera