Un nuevo artículo publicado en el diario digital Almería 360 http://almeria360.com/principal-opinion/opinion/16122015_cuento-de-navidad_136510.html
CUENTO
DE NAVIDAD
Es inevitable por estas fechas no recordar a Charles Dickens y su Cuento
de Navidad, una historia a simple vista inocente donde al viejo y avaro
Evenecer Scrooge le hacen una advertencia a través del espíritu de las
navidades pasadas, las presentes y las futuras con el fin de que rectifique su
conducta si no quiere acabar condenado eternamente, pero cuyo trasfondo es
mucho más profundo y denuncia la terrible situación de pobreza y esclavitud que
se vivía en las calles de la Inglaterra victoriana que se cebaba principalmente
de los niños, víctimas inocentes de la no menos terrible Revolución Industrial.
Dickens, conocedor en sus propias carnes de aquellos sufrimientos, instó a
trabajadores y empresarios a unirse para reformar el sistema educativo y así
erradicar la ignorancia y el analfabetismo, cuna del abuso y la explotación.
Pero quería hacérselo saber al máximo de población posible, y no sería mediante
discursos y panfletos, tenía que hacerlo de una manera más sutil y popular.
Escribiendo un cuento. Así fue como se fraguó A Christmas Carol o Cuento de Navidad.
Lo más triste es que ciento setenta y dos años después de su
publicación, se siguen dando las mismas circunstancias alrededor del mundo, porque el germen de aquel monstruo llamado
industrialización dio a luz a nuestro moderno capitalismo en el que estamos
naufragando y las normas básicas para su supervivencia es negarnos un derecho
básico que es el de una educación libre, libre de creencias, de religiones, de
costumbres; una educación donde seamos capaces de elegir, discernir, que nos
haga libre pensadores y no esclavos alienados del sistema.
Faltan pocos días para Navidad, y algunos menos para tomar una decisión
importante; hagamos posible el cambio, dejemos de lado por un momento los
turrones y el mazapán y recobremos los derechos perdidos mediante las urnas. El
domingo tenemos una cita, recuerden que el futuro siempre está en nuestras
manos.
Ana Tomás García
Es cierto lo que cuentas, y no debemos echar la culpa a la industrialización, ni la globalización, ni las telecomunicaciones, la única culpa la tiene ese capitalismo salvaje que tiene nombre y apellidos, no nos engañemos, y los secuaces que a cambio de unas migajas pone en marcha tanta maldad.
ResponderEliminarYo lo tengo claro.
Feliz voto.
Lo más importante es que tenemos la posibilidad de cambiar las cosas y por eso siempre hay que luchar.
Eliminar¡Feliz voto y feliz Navidad!
Un abrazo.