INSULA

     Está perdida en un mar de azul intenso, rodeada de playas de arenas inciertas. Presente de manera  constante en una nebulosa perenne de ensueños, cuyo único fin es recordarme el camino de vuelta cada vez que marcho por sendas abrumadoras y tensas. No es cierto que me gusten las islas desiertas, sólo busco el silencio y prados sembrados de quimeras.

      
     Rodeada de un mar de azul intenso y perdida entre playas de arenas inciertas se halla la sombra oculta de la desidia y la pereza, el lecho silente del alma donde descubro un paisaje privado cuya brisa me alienta. Soy peregrina sobre un mapa que no tiene sendas. Salpicado por olas de espumas saladas descansa mi cuerpo de diarias y mundanas batallas. 
    
      Insula sinuosa de cielos abiertos, mantienes intactos mis fueros; será por eso que no me exaspero, será por eso que siempre vuelvo a refugiarme en tus calas cuando soplan tormentosos los vientos...


                                                                                 Ana Tomás García