Un nuevo artículo publicado en el periódico digital Almería 360 http://almeria360.com/principal-opinion/opinion/09022016_138450_138450.html
TITIRITEROS
¡Vaya! Parece que ahora venimos a asustarnos
de un teatro de títeres porque, como ya hicieran en sus orígenes allá por el
siglo XVI, exponen situaciones reales en modo de chanza o burla para
entretenernos, reírnos y enseñarnos que las moralejas están para algo. De
repente, esos inocentes angelitos que criamos en nuestras casas han quedado
expuestos a una dura realidad que no conocían. Sí, esos chiquitines que ven en
horario infantil niños ahogados varados en la playa, familias que huyen de
guerras, bombardeos en directo, redadas en clubes de alterne, retratos de
mujeres asesinadas por sus maridos, a víctimas de bullying (quien sabe, lo mismo
entre ellos hay algunos verdugos), casos de pedofilia amparados por la Santa
Sede, actos terroristas, ejecuciones… ¡Ah! Que ustedes no les dejan ver la
televisión… ¡Ah! Que tampoco nada ni nadie les obliga a terminar de ver una
función de títeres que en principio no está dirigida a tiernos infantes… Vaya,
que desde el siglo XVI que se vienen representando estas comedias nunca nadie
se había asustado (bueno, sí, ya el Vaticano se encargó por aquellos siglos de desmantelar
teatros por aquello de que ofendían a la ciudad santa, por eso las compañías se
hicieron itinerantes y se trasladaban con sus carromatos cargados de
Polichinelas, Arlequines y Colombinas por los pueblos) y justo ahora somos
conscientes de tal atropello, justo ahora… Ya hemos tardado en darnos cuenta
¿eh? No podemos tolerar tantísima violencia, sobre todo si los buenos son los
que terminan dando cachiporrazos a los malos, ya sean éstos reyes, condes,
monjes, policías o jueces… ¡Ah! Que la cuestión es que el malo le ponía una
pancarta incriminatoria al bueno para que el bueno pareciese malo, y lo que
ponía en la pancarta, según los papás escandalizados, hacía apología del
terrorismo ¡oh my God!
¿No será que, como Dorothy, caminamos por un campo enorme sembrado de
amapolas y caemos una y otra vez en el profundo sopor que las adormideras que
ha sembrado la bruja nos proporciona? ¡Ahhh! Que no han visto El Mago de Oz…
¡Ahhh! Que no saben muy bien quién puede ser nuestra “bruja”… ¡Ahhh! Que
tampoco tienen ni idea de qué es La Commedia dell´Arte… Tendría que haber
empezado por ahí…
Resumiendo, que estamos gaseados por espesas cortinas de humo que
distraen nuestra atención y nos hacen perder el norte, que el camino parece
cada vez más intrincado aunque no lo sea y que como unos titiriteros, dejándose
llevar por la pasión de su profesión, se dedican a repartir por el mundo
pequeñas dosis de su arte, pues que vayan a la cárcel. Y nosotros tan panchos, dormiremos más tranquilos
sabiendo que semejantes delincuentes pagarán por sus delitos. Y los otros, los
verdaderos malhechores, esos que están amparados por nuestra “bruja”, que sigan
representando la comedia que con tanto ahínco aceptamos y aplaudimos…
Ana Tomás García
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