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TRAMPANTOJO

 La descripción del suceso fue ridículamente escueta; no se especificó cuántas vísceras había por el suelo, qué clase de cuchillo desgarró la carne, qué tipo de salvaje se regodeó como un cerdo en el charco de sangre... Lo más que se dijo fue: "El novio de la muchacha, principal sospechoso", porque pocos sabían que la muchacha no tenía novio, porque pocos sabían que su padrastro siempre fue un sádico bien pagado organizador de carnicerías en la época de la represión.

La descripción del suceso no fue más que un mero trampantojo, una ventana falsa donde asomarse a un vulgar crímen pasional, para que la gente no supiera qué tipo de salvaje merodeaba impartiendo leyes por las calles de su ciudad, decidiendo por ellos lo que estaba bien o lo que estaba mal.


Ana Tomás García

 

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